La Vicepresidenta Tercera del Gobierno y Ministra de Trabajo y Economía Social cerró la primera sesión de las Jornadas Económicas organizadas por APIE en la Universidad de Alcalá de Henares

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Las realidades que están cambiando de forma radical el mundo del trabajo no se pueden negar, pero sería un error pensar que con ellas llegará necesariamente un empeoramiento de las condiciones laborales. Sobre todo, si se vigila que esto no ocurra. Así lo manifestó Yolanda Díaz, Vicepresidenta Tercera del Gobierno y Ministra de Trabajo y Economía Social, durante su intervención en la sesión de clausura de las Jornadas de Economía organizadas por la APIE, con la colaboración del Observatorio de la Realidad Financiera (Orfin), en la Universidad de Alcalá de Henares.

En su discurso, Yolanda Díaz declaró que “no siento miedo de las turbulencias” y se definió como “una gran defensora de la digitalización”, pues “ofrece sin duda nuevos escenarios en los que crecer, que alimentarán la transformación de nuestro modelo productivo. La inteligencia artificial nos debe ayudar a transformar el empleo. El siglo XXI nos exige servicios en línea, accesibles desde nuestro móvil. Y las políticas activas se nutrirán de ese proceso, para mejorar la productividad y afrontar la transformación que viene”.

Pero, añadió, el reto que supone la progresiva digitalización y robotización de los entornos laborales no debe significar que se permita “que la economía siga asentándose en la devaluación retributiva y en la degradación del trabajo y de las personas que hay detrás”, ya que, remachó, “el futuro del empleo lo decidimos nosotros, no las máquinas. Y menos en estos tiempos de pandemia”. Aspectos como el derecho a la desconexión para poder disponer del propio tiempo, y los peligros de una disponibilidad continua, deben de ser considerados, ya que la digitalización, junto con otros factores “muy peligrosos” como la precariedad, están alentando las jornadas de trabajo sin límites y “una especie de darwinismo social donde las personas trabajadoras compiten entre ellas, en términos de costes, de condiciones de trabajo y, lamentablemente, como en el caso del tiempo de trabajo, también de salud”.

Los cambios acelerados por la situación creada con la covid, señaló la Vicepresidenta, son un buen momento para replantearse muchas de las bases sobre las que se asienta el mercado laboral español, necesitado de profundos cambios. Declaro sobre este punto que Las últimas 50 reformas laborales hechas durante 42 años han sido ineficientes” ya que no han conseguido resolver problemas endémicos como “paro estructural, paro coyuntural y paro estacional”. Por ello, añadió, “las soluciones deben de ser estructurales y no cortoplacistas, y asentarse sobre un modelo de tolerancia cero contra la precariedad”.