El consejero delegado de Gas Natural Fenosa habló de la fuerte regulación a que está sometida la industria eléctrica y recalcó la necesidad de establecer horizontes de planificación razonables en un sector de alta volatilidad

“Han ocurrido cosas que hace unos años nos habrían parecido inimaginables”. Sin embargo, para Javier Villaseca el calificativo “inimaginable” no es necesariamente sinonimo de positivo. En su intervención en el curso de economía organizado por APIE en la Universidad Menéndez Pelayo de Santander, el consejero delegado de Gas Natural Fenosa utilizó este carácter insólito de los sucesos para ejemplificar la necesidad de establecer una buena planificación en un sector donde el mínimo paso supone un considerable volumen de inversión.

La enumeración que Villaseca hizo de hechos inesperados pasó por los precios, que han descendido sensiblemente en los últimos cinco años “a pesar de las predicciones que se hacían entonces”, la disponibilidad de energía, tan amplia que puede considerarse una oferta excesiva, el desarrollo de nuevas tecnologías como los avances en extracción de hidrocarburos, las tecnologías de aguas profundas o el fracking, y los cambios en el propio marco del sector: “hace unos años se apostaba por la liberalización, pero la situación resultante ha sido la contraria: una mayor intervención de los poderes públicos en todo el mundo”. Los beneficios, a juicio del consejero delegado de Gas Natural Fenosa, también se han ajustado, lejos de las cifras de hace unos años, aunque buena parte de este descenso hay que achacarlo a las abultadas inversiones del sector. Y han aparecido nuevos jugadores que han alterado los equilibrios de poder, “como Estados Unidos, que ha pasado de ser un país importador de petróleo y de gas a un país exportador”.

Rafael Villaseca, consejero delegado de Gas Natural Fenosa, a su llegada al Palacio de la Magdalena para participar en el curso de verano de APIE.

Rafael Villaseca, consejero delegado de Gas Natural Fenosa, a su llegada al Palacio de la Magdalena para participar en el curso de verano de APIE.

Villaseca recurrió a toda esta lista de cambios imposibles de prever para resaltar la volatilidad del sector, que se enfrenta a la paradoja de enfrentarse a modificaciones repentinas al mismo tiempo que hace grandes inversiones, a veinte o treinta años vista. Su capacidad de reacción queda mermada, según declaró, por la regulación a la que está sometido, que además permite “que se le pidan una serie de cosas que en otros sectores serían imposibles. El sector de la energía mueve cantidades enormemente voluminosas, de las que se pretende que buena parte se destine a cometidos muy variados”.

Demasiados costes políticos

Entre esos cometidos citados por Villaseca destacó la lucha contra el cambio climático, donde “la solución al problema se ha cargado de manera notable sobre el sector energético. En 2015, el 52% de la producción eléctrica en España lo fue con energías renovables, lo que ha significado un esfuerzo enorme para nosotros y también para los ciudadanos, porque una parte importante está subvencionada”. Existe, a su juicio, una excesiva presión sobre el sector eléctrico comparada con la que se ejerce sobre otros que también son emisores de CO2.

Rafael Villaseca, consejero delegado de Gas Natural Fenosa, durante su intervención en el curso de verano organizado por APIE en la Universidad Menéndez Pelayo de Santander.

Rafael Villaseca, consejero delegado de Gas Natural Fenosa, durante su intervención en el curso de verano organizado por APIE en la Universidad Menéndez Pelayo de Santander.

La regulación estaría actuando también como lastre en la actividad económica del sector, ya que, según declaró, “a 22 euros el megawatio no sólo es imposible que se rentabilicen las actuales inversiones, sino las que se van a acometer. La inmensa mayoría de los costes del sector son fijos; tanto si la energía se vende al precio de ahora como a la mitad, el coste es fijo. Si la demanda baja por cualquier caso, los costes no. Y si mañana la mitad de los españoles tienen autogeneración, los costes seguirán siendo fijos”. Buena parte de estos costes fijos, añadió Villaseca, no están motivados por ningún criterio económico: “Casi el 70% de los costes regulados lo son por decisiones políticas. Y en el recibo de la luz, lo son el 55%”.

Buena parte del turno de pregutas estuvo dedicado al futuro de las energías renovables, lo cual aprovechó Villaseca para aclarar que “el tema no es renovables sí, renovables no; es cómo se hace. En España se hizo de una determinada manera, y eso acabó costando 30.000 millones, que ahora están en la factura. La lucha contra el cambio climático no debe ser en el sector energético, debe ser en más sitios. Ese es el gran debate”. Sobre la propuesta de Podemos de financiar las renovables con impuestos medioambientales, negó haber mantenido ninguna reunión, ni con ellos ni con ningún representante político, pero añadió que “Ya existen muchos impuestos medioambientales en España. Así que habrá que saber en qué van a consistir esos nuevos impuestos y de dónde van a sacar el dinero”.

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