El presidente del Banco Popular participa en el curso de verano de la APIE defendiendo su gestión y negando los rumores de fusión con otras entidades
La ampliación de capital del Banco Popular se efectuó para acelerar la normalización de la rentabilidad y eliminar la incertidumbre del mercado sobre los activos no rentables del banco. En conjunto, aumenta la confianza de los accionistas, y mejora su posición estratégica para afrontar diferentes escenarios económicos. Esta fue la postura de Ángel Ron, presidente del Banco Popular, durante su intervención en el curso de verano organizado por la APIE en la Universidad Menéndez Pelayo de Santander, y la confirmó durante las preguntas que siguieron a una larga intervención sobre la situación económica y financiera de España tras la crisis.
El presidente del Popular negó rotundamente que la ampliación se haya efectuado con vistas a una posible fusión con otro banco, ni que la continuidad del equipo gestor de la entidad -incluído su puesto- esté en entredicho sobre la presencia de la misma. Sobre la primera cuestión, declaró que “los rumores de fusión vienen condicionados por la situación del sector bancario, para la que obviamente la concentración es una de las soluciones con un sector que está sometido a tanta presión”. Si bien estuvo de acuerdo con que esa concentración de entidades es una solución, dejó claro que “no hemos hecho esta operación para una fusión. La hemos hecho porque estamos convencidos de que es la mejor forma de contribuir al desarrollo futuro del banco, tanto para el accionista como para el cliente”. El respaldo de los accionistas al proyecto, continuó, se muestra en que el porcentaje que el comsejo tiene del capital del banco -un 21,6%- se va a mantener casi en su totalidad.

Ángel Ron, presidente del Banco Popular, durante su intervención en los cursos de verano organizados por la APIE en la Universidad Menéndez Pelayo de Santander, junto a Amancio Fernández, codirector del curso.
Asimismo, Ángel Ron afirmó que la decisión de recurrir a la ampliación de capital no fue improvisada y que previamente hubo “un debate donde el banco analizó todas las opciones, y estuvimos de acuerdo en que es la que mejor protege los intereses y le prepara para lo que va a venir, que va a ser duro. El banco va a salir con mucha fuerza”.
Crecimiento con matices
Durante su intervención, el presidente del Popular calificó la situación económica actual como de “muy moderado crecimiento”, motivado por la incertidumbre que se deriva de factores como el crecimiento del riesgo o la turbulencia en los mercados financieros. No olvidó mencionar la baja rentabilidad de las entidades financieras. En el caso concreto de España, opinó que si bien continuaba con su fase expansiva, “hay factores como la incertidumbre política que hacen difícil que crezca al ritmo económico deseable, o al menos, el del año pasado”, aunque matizó que, si bien se ha visto afectada por los mismos efectos negativos que el resto de la Eurozona, “consigue mantener un nivel de crecimiento superior”.

Ángel Ron, presidente del Banco Popular, durante su intervención en los cursos de verano organizados por la APIE en la Universidad Menéndez Pelayo de Santander.
Entre los factores positivos que impulsan el crecimiento español, Ron señaló el control de la inflación en los dos próximos años, y un repunte del precio de la vivienda, que se situará en un 7% en los próximos seis años. En los factores negativos se refirió a la tasa de paro, el desempleo de larga duración, el endeudamiento del sector público y las perspectivas demográficas que a largo plazo dificultan la sostenibilidad del sistema público de pensiones. Sin olvidar el descenso del bienestar, derivado de la caída de la renta de los hogares a niveles inferiores que hace una década. “¿Tenemos crecimiento? Sí, pero con matices”, apostilló.
Salarios que tienen que subir
Sobre el empleo y los salarios, puntualizó que, si bien españa ha conseguido mejorar su productividad mediante la moderación salarial, hasta el punto de que sus costes laborales unitarios están en el nivel más bajo de los países de la UE, “esto tiene que cambiar, porque no se puede estar en un nivel de bajos salarios para siempre”. En cuanto al desempleo, señaló la “incapacidad endémica” de la economía española para emplear a una parte importante de la población activa -jóvenes y parados de largo plazo- debido a un mercado laboral dual: “por un lado, trabajadores fijos, con antigüedad y condiciones reguladas y protegidas, y por otro, trabajadores temporales con malas condiciones laborales que sirven de amortiguador de la plantilla cuando hay problemas económicas. Este mercado no invita a invertir en capital humano”.
Refiriéndose específicamente a su sector, atacó la “sobreregulación asfixiante” a que está sometido, y que puede poner en peligro a los bancos que han sobrevivido a la crisis. Asímismo, habló de los problemas de rentabilidad a medio y largo plazo, que supone “uno de los principales retos para las entidades españoles y los de la zona euro”. La solución pasaría por hacer las inversiones para adecuar el negocio al nuevo entorno, y la digitalización es la inversión que está en primer lugar. En ese sentido, citó estudios según los cuales “los primeros bancos en digitalizarse conseguirán una ventaja competitiva del 5% de incremento de cuota de mercado”.