El Director General de Estadística y Economía del Banco de España participó en las Jornadas Económicas organizadas por APIE en la Universidad de Alcalá de Henares

VER GALERÍA FOTOGRÁFICA

VER VÍDEO CON LA INTERVENCIÓN COMPLETA

DESCARGAR INFORME

Que los jóvenes son el colectivo social que más perjudicado va a salir de estos tiempos de pandemia no es ningún secreto; pero una cosa es ser consciente del hecho y otra conocerlo por medio de una explicación tan prolija y minuciosa como la que ofreció Óscar Arce, Director General de Economía y Estadística del Banco de España, durante su intervención en las Jornadas de Economía organizadas por la APIE, con la colaboración del Observatorio de la Realidad Financiera (Orfin), en la Universidad de Alcalá de Henares.

Con el título La crisis del COVID-19 y su impacto sobre las condiciones económicas de las generaciones jóvenes, Arce fue enumerando la situación de este colectivo, en una sucesión de datos, como mínimo, poco esperanzadores: es el grupo de edad con un mayor porcentaje que no tiene ingresos -el 35%, alcanzado durante 2020-, el que, cuando los tiene, padece una mayor incertidumbre sobre su porvenir laboral y el futuro de sus rentas, el que menos ha podido teletrabajar, el que ha estado sujeto a contratos de menor duración y, por tanto, el que menos ha podido acogerse a los ERTE y ha pasado directamente a perder su empleo. Todo ello, además, cuando este colectivo no se había recuperado plenamente de la crisis de 2008, a pesar del ciclo expansivo vivido entre 2014 y 2018, un periodo de tiempo que, según Arce, “no fue suficiente”.

En conjunto, “la pandemia está impactando con intensidad en las rentas laborales de los más jóvenes”, pero junto a esta aseveración, Óscar Arce quiso señalar algunos factores atemporales que no han sido creados, aunque sí agudizados, por la llegada de la Covid. La educación es uno de ellos, ya que España es el país de la zona euro con la mayor proporción de población entre 25 y 29 años que alcanza como máximo el nivel de estudios del primer ciclo de secundaria. Y los que acceden a una carrera descubren que, “el sistema universitario español no prepara a los jóvenes al mismo nivel que en otros países de la zona euro a la hora de acceder a un puesto de trabajo acorde con sus actitudes y su nivel de formación”.

Otra labor pendiente es solucionar la dualidad en las contrataciones, que ha provocado que los jóvenes con contrato temporal sean los primeros en perder su empleo cuando llega una crisis, un problema “obvio desde hace veinte años y que no hemos conseguido resolver”, como muestra el hecho que 700.000 de los más de 900.000 nuevos parados fueran temporales. Unos contratos que, además, han ido reduciendo su duración en la última década de una media de cuatro meses hasta por debajo de los tres, si bien este acortamiento “es algo que estamos viendo también dentro de otras economías avanzadas”.

Esta situación, declaró Óscar Arce, está teniendo tres consecuencias básicas -y tampoco nuevas- en la vida de este colectivo: un mayor retraso en la emancipación –“El 87% de los nacidos en 1988 seguía viviendo con sus padres a los 26 años, cinco puntos más que los que habían nacido doce años antes”– , un retroceso de la vivienda en propiedad –“en solo una generación la tasa ha caído en 20 puntos porcentuales, algo que no hemos visto jamás en las últimas décadas en este país”– y una reducción de la natalidad, que ha sufrido una caída del 20% en enero de 2021.