El director general de Triodos Bank España propone en el Curso de Economía de APIE una penalización para las inversiones contaminantes

Mikel García-Prieto, director general de Triodos Bank en España, durante su intervención en el Curso de Economía organizado por la APIE en la UIMP.
En un Curso de Economía sobre finanzas sostenibles, era poco menos que inevitable la presencia de Mikel García-Prieto, director general de Triodos Bank, la entidad bancaria nacida en los Países Bajos en 1980 con el objetivo de hacer las cosas de una manera diferente, primando el concepto de banca ética mediante una atención especial hacia la sostenibilidad y el medio ambiente. A España llegaron en 2004, y actualmente, según declaró García-Prieto, sienten que su modelo tiene más vigencia que nunca: “La banca ética se ha convertido en la referencia de futuro sobre a dónde deben dirigirse las finanzas”, según declaró en el Curso de Economía organizado por APIE en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander.
El cien por cien de la cartera de inversiones de Triodos Bank en España, declaró su director general, se encuadra dentro de los sectores sostenibles, con las energías renovables en cabeza (19,9%), seguidas de los fondos de salud y bienestar (12,7%) y los proyectos sociales (7,5%). Con todo, las finanzas sostenibles “no son un paquete de productos verdes”, advirtió García-Prieto, sino que “Deben ser una regeneración completa del negocio tal y como lo entienden los bancos”, una transición que en este momento “no es fácil”, por la complicación que suponen la digitalización, la regulación y los bajos tipos de interés, pero que es imprescindible, ya que “la visión cortoplacista no va a alcanzar los resultados esperados”.

Mikel García-Prieto, director general de Triodos Bank en España, durante su intervención en el Curso de Economía organizado por la APIE en la UIMP.
El director general de Triodos Bank reforzó la necesidad de proseguir con esta transición, que si no es llevada a cabo por el propio sistema financiero “probablemente sea la regulación la que acabe obligando a hacer esos cambios”. En ese sentido, pidió un avance en las regulaciones que suponga una ayuda para las inversiones limpias, e incluso de penalización para las contaminantes y declaró que los propios clientes, además de por la rentabilidad y la liquidez de sus ahorros, están cada vez más preocupados por los campos donde el banco va a invertir su dinero. “La única manera de conseguirlo es un compromiso radical con la transparencia”, concluyó García-Prieto, poniendo como ejemplo la práctica de su banco de publicar en su web todas sus estrategias de inversión.
También desmintió que estas políticas supongan algún obstáculo para obtener rentabilidad, y puso como ejemplo su política de hipotecas, donde “vinculamos el precio a la eficiencia energética de la vivienda. Cuanto mayor es esta, menor es el precio. Porque una vivienda energéticamente eficiente gastará menos energía, con lo que tendrá menos costes y aumentará la renta del propietario”. Pero el futuro inmediato permitirá ir más allá, ya que actualmente la banca “puede medir su huella de carbono, y no me refiero al de sus oficinas, su consumo de papel… sino el impacto que tienen su cartera de inversión. Eso nos permite ir a un lugar concreto y real cuando queramos hablar de cuál es el compromiso de los bancos con respecto a las finanzas sostenibles”.