El  responsable económico del PSOE anunció negociaciones con Bruselas sobre el pago de la deuda y un tipo impositivo mínimo del 15% para las grandes empresas

Todavía con la resaca del debate electoral de la noche pasada, se celebró en el Colegio de Economistas de Madrid la segunda jornada de encuentros electorales, organizada junto con el Consejo General de Economistas y la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE), con la colaboración del Instituto de Estudios Económicos. El primer invitado del día fue Manuel de la Rocha Vázquez, responsable económico del PSOE, que inició su intervención opinando precisamente sobre el debate entre Pedro Sánchez y Mariano Rajoy donde, para sorpresa de pocos, consideró claro ganador al primero “Por fin logramos que debatiera el Presidente del Gobierno, aunque nos hubiera gustado que lo hiciera más veces y con más gente”, comentó, antes de calificar a Rajoy de desgastado y agotado, “rodeado de casos de corrupción que han afectado a su partido y a él”.

Pasando a concretar las propuestas de su partido, situó en primer lugar la creación de empleo estable, por reducir la desigualdad y por asegurar servicios públicos y de calidad, al igual que ocurre en los países que han mejorado económicamente, ya que, precisó, esos cambios son los que han provocado la mejora, y no al revés. Aunque no dudó de la recuperación económica, hizo algunas puntualizaciones: señaló los factores externos como la caída del petróleo o la compra de deuda como responsables de ello, y matizó las palabras de Mariano Rajoy sobre que España está creciendo más que otros países: “Es lógico, porque esos países se recuperaron hace tiempo y por lo tanto su ritmo de crecimiento es ya menor”.

El crecimiento, señaló, no ha supuesto un incremento en los niveles de bienestar ni ha reducido la desigualdad. En ese sentido, no dudó en calificar la legislatura que ahora termina como “de oportunidades perdidas”, antes de sentenciar: “Para nosotros, el mayor peligro para la recuperación económica es Mariano Rajoy”.

Más I+D y más formación

Recuperar el Estado del Bienestar y recalibrarlo para adaptarlo a los nuevos incorporados es posible, según indicó, apostando por lo que denominó “la economía 4.0”, que consiste en crecer a base de mejorar la productividad. “No queremos competir haciendo las cosas más baratas, queremos competir haciéndolas mejor”. Entre las medidas para conseguirlo, indicó una apuesta decidida por la inversión en I+D con políticas activas del Gobierno que financien las inversiones en este campo allí donde el sector financiero no llega, y la creación de centros tecnológicos público-privados. “La transferencia de tecnología, la investigación básica y la comercialización es un punto clave”.

De la Rocha también anunció su intención por convertir el ICO “en un verdadero banco público de inversión”, y de eliminar umbrales regulatorios para impulsar el crecimiento de las empresas españolas. En el campo de la formación para el empleo, anunció el plan de ampliarla de los parados a los trabajadores, para “acabar con la idea de que una vez que un empleado tiene un sitio ya no hay que formarlo más”.

Quien contamina, paga

Hubo también sitio para el anuncio de medidas en economía medioambiental, entre ellas la financiación de la rehabilitación sostenible de los edificios con ayudas a las familias y el impulso al uso del coche eléctrico “a través de una fiscalidad verde, que castigue a quienes contaminen más”. Hay sitio para ello, ya que, según añadió, la tributación medioambiental en España está aún muy por debajo de los estándares europeos, por lo que introducirán un impuesto al carbono, a la emisiones de NOx (óxido de nitrógeno) y a la generación de residuos, además de la reconfiguración de algunos impuestos como el de matriculación de vehículos o el de vehículos de tracción mecánica “porque a lo mejor alguno ya no tiene sentido”. Sobre el llamado impuesto al Sol creado por el Partido Popular, De la Rocha dejó claro que lo eliminarán, ya que “nos parece completamente retrógado”.

La fiscalidad estuvo también presente en sus planes para reducir el déficit y la deuda pública a través de lo que definió como “una senda fiscal equilibrada”, que no alcanzará a las clases medias “que ya soportan un 80% de los impuestos del Estado”. La revisión, anunció, irá más bien sobre la productividad de las grandes empresas estableciendo un tipo mínimo del 15% sobre su resultado contable. Para eliminar los gastos superfluos, anunció también una auditoría del gasto público que llevarían a cabo en cuanto llegaran al Gobierno “para ver dónde se está gastando el dinero, detectar las inercias del gasto, y eliminar lo superfluo”, así como un plan del gasto público a tres años vista.

Un momento del encuentro con Manuel de la Rocha en la sede del Colegio de Economistas de Madrid.

Un momento del encuentro con Manuel de la Rocha en la sede del Colegio de Economistas de Madrid.

En cuanto al pago de la deuda pública, De la Rocha anunció que ya habían tenido “contactos preliminares” con Bruselas, “con espíritu de negociación”. Alejando cualquier duda de que vayan a cumplir con los pactos europeos, sí ha apostado por la ralentización, ya que la reducción del déficit del 4,7% anunciado para este año al 3% “implicaría unos recortes brutales, que como partido de izquierdas no podemos asumir”. La intención de su partido, concluyó, es bajarlo al 1% en cuatro años, “pero con cuidado de no afectar el gasto público”.

No podía faltar el tema de las pensiones, donde de la Rocha señaló dos problemas: a corto plazo, el agujero de 15.000 millones anuales que no se está resolviendo con la creación de empleado “ya que el número de cotizantes ha crecido este año un 4% pero las cotizaciones han crecido un 1,2%. Con las tarifas planas y los contratos basura no vamos a conseguir cerrar el agujero”. A medio y largo plazo, vaticinó una caída de las pensiones por la evolución demográfica, pero rechazó el incentivo de los planes privados como una manera de soucionarlo. Si es necesario, apuntó, se introduciría algún nuevo impuesto, “pero si se hace, se hará de forma consensuada, en el espíritu del Pacto de Toledo”.