El presidente de la Asociación Española de Banca (AEB) interviene en el Curso de Economía organizado en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo por la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE)

Jose María Roldán, Presidente de la Asociación Española de Banca (AEB), durante su intervención en el Curso de Economía organizado por APIE en la Universidad Menéndez Pelayo de Santander.

Jose María Roldán, presidente de la Asociación Española de Banca (AEB), se mostró radicalmente contrario a la aplicación de un impuesto a la banca con el que financiar las pensiones durante su intervención en el Curso de Economía organizado por en la UIMP por la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE).

Según declaró el presidente de la AEB, el problema de las pensiones abarca a toda la sociedad y debe tratarse de manera integral, no cargando la presunta solución sobre un sector en concreto de la economía española, que representa sólo el 3% del PIB. “¿Alguien puede creer que un sector que sólo representa al 3% puede resolver todos los problemas en su conjunto? No es posible ni deseable”, declaró, apuntando además que otra cosa que no le gusta de la propuesta es que “parece que  da la idea de que la banca no paga impuestos. Y ya paga impuestos, paga muchos impuestos, cinco punto más de impuesto de sociedades que el resto de los sectores”.

Un eventual impuesto adicional aumentaría problemas ya existentes, añadió, como el de la rentabilidad, que deben aumentar para pagar a los accionistas y aumentar recursos, algo que ahora no pueden hacer por estar por debajo del coste de capital. “Somos sólo un 3%, pero somos la sangre que tiene la economía para operar”, recordó.

Roldán no garantizó que el proceso de ajuste que el sector bancario ha vivido en los últimos años, con una reducción del 32% de empleados y un 40% menos de oficinas haya terminado, una situación que relacionó con la presencia de la digitalización que hace que cada vez más clientes resuelvan sus operaciones con sus dispositivos, y que necesita de entidades de mayor dimensión, “ya que cuanto más grande es una entidad más puede afrontar los desafíos y problemas de la revolución digital”.

La revolución tecnológica centro la intervención del presidente de la AEB, pero centrada en el terreno de la economía sostenible, donde “El sistema financiero y en particular los bancos van a ser la palanca que utilicen las autoridades para conseguir una transición ordenada hacia modelos económicos menos intensos en carbono, más respetuosos con el medio ambiente y que limiten el impacto del cambio climático, y todo ello preservando la estabilidad financiera”. Las finanzas sostenibles han abandonado el campo de la anécdota para convertirse en “un catalizador que está impulsando un cambio sin precedentes en el terreno financiero”.

La presencia ya permanente del término “sostenible” en el mundo económico, añadió, requiere que las entidades y empresas se acerquen a ella con voluntad de permanencia, y señaló que la retirada de Trump de los acuerdos de París contra el cambio climático no ha supuesto una retirada de los compromisos de las empresas estadounidenses en este campo, “sino todo lo contrario”. Con todo, añadió, aún se cuenta con poca información sobre la velocidad de implantación de los cambios, “lo que crea desafíos considerables que aumenten los costes de transición hasta hacerla inviable. Pero un cambio demasiado lento tampoco es deseable, porque no se alcanzarían los objetivos acordados”.

“Si bien el punto de partida está definido, no lo están ni el punto de llegada, ni la velocidad y el ritmo al que se va a llegar que, probablemente, serán diferentes para países desarrollados y emergentes”, declaró Roldán, advirtiendo que, en todo caso, “el mercado será implacable con cualquier empresa que intente manipular estas medidas meramente para lavar su imagen, lo que se conoce como greenwashing”.

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