El ex comisario europeo abogó por una política fiscal y monetaria común entre todos los países de la Unión Europea para alcanzar el nivel de crecimiento necesario
Llegó dispuesto a decir lo que pensaba, y así lo declaró desde el primer momento; es el privilegio de los que ya no representan nada después de haberlo representado casi todo. Y Joaquín Almunia, ex Comisario Europeo de Competencia y Economía, ex Comisario Europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, ex Ministro de Trabajo y Seguridad Social, y de Administraciones Públicas, en los gobiernos de Felipe González, ex candidato del PSOE a la presidencia del Gobierno, llegó al curso de verano organizado por la Asociación de Periodistas de Información Económica en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander con la libertad para hablar de quien ha dejado atrás cargas y cargos.
Para Almunia, la situación actual es de clara salida de “lo más hondo del pozo”, lo cual no quiere decir, aclaró, que se haya salido de la crisis. España se encuentra ahora en “una ventana de oportunidad” ante la que se abren condiciones positivas, pero según puntualizó a continuación, son unas condiciones “que en buena medida no dependen de las autoridades españolas, ni siquiera de las autoridades de la zona euro. Son aspectos en los que no podemos apostar todo lo que llevemos Y no podemos pensar que estas condiciones favorables en tipos de interés o bajo precio del petróleo vayan a durar eternamente”.
Una regulación mejorable
Entre las medidas necesarias, Almunia recalcó la necesidad de una supervisión “micro y macro”, y argumentó que la ausencia total de normas previas a la crisis fueron uno de los factores desencadenantes. Todavía hoy, a pesar de las nuevas normas de supervisión creadas para el sistema bancario, hay partes del sistema financiero como la banca en la sombra que “o no está regulada, o lo está muy mal o muy poco. Y eso me parece muy importante”. Junto con la banca en la sombra, predijo como otro problema pendiente de resolución en too big to fail, las instituciones financieras demasiado grandes como para que se les deje quebrar, lo cual les da una sensación de impunidad que les permite asumir riesgos mucho mayores.
Almunia achacó parte de la responsabilidad de la reducción del crédito al exceso de responsabilidad que cae sobre el sistema bancario en el terreno de la financiación, y abogó por la búsqueda de otros canales, que sí existen en otros países como Estados Unidos “que gracias a eso no han conocido un credit crunch”. La política monetaria, añadió, ha sido el instrumento más rápido y eficiente para tratar de contrarrestar las consecuencias de la crisis, pero estamos tocando suelo en tipos de interés, avisó, esperando que “llegue pronto el momento en que sea posible prescindir de ese uso exagerado y excesivo de la política monetaria”.
Una de las vías para lograrlo, apuntó, estaría en el uso adecuado de la política fiscal, maniobra de la que quedarán excluidos los países con un alto nivel de endeudamiento público, como España, Grecia, Portugal, Italia o Chipre. Pero más allá de la situación de estos cinco miembros, Almunia señaló como el principal problema la ausencia de una autoridad fiscal centrada en la zona Euro con capacidad para utilizar la política fiscal de manera anticíclica. “La unión bancaria, que no existía, ya es una realidad, pero la unión fiscal no está ahí”.
Bankia se está gestionando “muy bien”
Además, señaló la necesidad de aumentar el crecimiento potencial, tarea que “no se puede confiar a los instrumentos de control de la demanda. “Hay que hablar de inversión, de crecimiento, de productividad, pero no se habla lo suficiente”. Un problema añadido, indicó, es que las políticas de inversión siguen produciéndose en el ámbito nacional, en lugar de emprender una política monetaria común “aunque pueda afectar a la soberanía. Ya se aceptó una moneda común, pero es más difícil aceptar que cada país por separado no va a aumentar lo suficiente la productividad y el empleo”.
Sobre otro de los temas recurrentes en este curso de verano, la eventual transformación de Bankia en banco publico, puntualizó que el modelo de banco no tiene tanta importancia como la eficacia en su gestión, y en este sentido afirmó que “en el caso de Bankia,creo que se está gestionando muy bien, igual que había cajas de ahorros muy bien gestionadas”. La prioridad, señaló Almunia, es cómo hacer las cosas lo mejor posible para recuperar el dinero destinado al rescate, y recordó que los 22.000 millones de euros de apoyo público recibidos por la entidad le convierte en “el tercer banco en ayuda individualizada con cargo al contribuyente en el marco de la Unión Europea.”
Europa ocupó buena parte del turno de preguntas, con especial atención al Reino Unido y Grecia. Sobre una eventual salida del primero, se declaró partidario de su permanencia en la Unión Europea. “Hay algunas voces que parece que sostienen que lo que es bueno para los británicos tiene que ser arrancado al resto de la Unión Europea. Si ese es el camino, vamos a ir mal. Si el resultado del referéndum es el no, al día siguiente los escoceses, como parte del Reino Unido, querrían otros referéndum para replantearse su pertenencia al Reino Unido y pedir por su cuenta el ingreso en la Unión, y eso sería una situación todavía peor”.
En cuanto a Grecia, aunque afirmo que durante meses ha estado “en el lado de los optimistas”, convencido de que se llegaría a un acuerdo antes de que la cuerda entre ambas partes se rompiese, el enquistamiento de ambas partes en los últimos días le ha hecho albergar grandes dudas. Aunque no cree que el fracaso de la negociación signifique la salida de Grecia del euro, sí declaró que si el país no paga su deuda al Banco Central Europeo “puede suponer el fin de la válvula de oxígeno que permite respirar a su sistema bancario. Soy más pesimista de lo que era, pero nunca hay que tirar la toalla”.