El presidente de Bankia habla sobre la situación de la entidad y señala la necesidad de la banca española en mejorar su rentabilidad y su reputación
Bankia, su situación actual y su futuro, han estado presentes casi desde el principio en esta edición del Curso de Verano organizado por la Asociación de Periodistas de Información Económica en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander. Han abundado las preguntas sobre el plazo para su privatización y el planteamiento hecho por algunos de los nuevos partidos de retroceder y convertirla en un banco publico. La reunión de su presidente con Manuela Carmena, nueva alcaldesa de Madrid, también ha estado presente en charlas y conversaciones, dejando aparte la propia evolución de Bankia en los últimos tres años. Consciente de todo ello, Jose Ignacio Goirigolzarri tenía preparado un amplio resumen de todos estos puntos a tratar.
Comenzó planteando la situación de la banca española, consciente de que la evolución de la entidad que él preside era precisamente uno de los factores que más ha influido en ella en los últimos años. Quizá por eso dio una importancia casi equivalente a dos puntos tan distantes en apariencia como la rentabilidad y la reputación. Sobre la primera, señaló que la rentabilidad sobre fondos propios de la banca en España está en el entorno del 4 o 5 por ciento, demasiado poco para alcanzar el coste de capital que es el rendimiento exigido por los inversores, y que situó en el entorno del 10 al 12 por ciento. Sin eso, añadió, “el sistema será débil, estará infracapitalizado, no podrá incrementar sus carteras de créditos y, por tanto no podrá financiar su economía”. “Por tanto” remachó “una sociedad no debe pensar que los bancos no deben ganar dinero. Bancos no rentables o con rentabilidad insuficiente para atraer capital son una rémora para una sociedad”.
Sobre la segunda, habló de la importancia de recuperar la reputación perdida, “explicando que lo que hacemos es de una gran utilidad para la sociedad”. La imagen del sector, añadió, se está viendo influída por hechos del pasado que no tienen nada que ver con la situación actual; la realidad del sistema bancario es, dijo, mucho mejor que la imagen que de él se tiene, “y debemos hacer un esfuerzo, que no es sencillo, de cambio de percepción”.
La reforma bancaria no ha terminado
El pasado apareció en su resumen de las cifras de la reforma: el paso de 53 entidades a las 17 actuales ha permitido, declaró, aumentar sus tamaños críticos y reforzar nuestro sistema. También mencionó el gran sacrificio realizado con el cierre de 18.000 oficinas y el despido de 70.000 empleados, una cuarta parte del total. Algo que calificó de “absolutamente necesario para asegurar la viabilidad del sector”, y añadió que, aunque lo peor ha pasado, no puede descartarse que continúe en los próximos años.
Hubo un cierto paralelismo entre su exposición del sistema bancario español y el de su propia entidad, ya que, si bien expuso datos positivos -“en estos tres años hemos generado de forma orgánica 4.000 millones de euros de capital, y nuestras cuotas de mercado han regresado al año 2012”- y mencionó el regreso del crédito para pymes y autónomos, especificando que en los primeros meses del año se ha duplicado el volumen de concesiones de 2014, también precisó que el número de oficinas se ha reducido de 3.000 a 2.000.
Internet: importante, pero sólo un canal
Precisamente el debate entre la atención física y la virtual protagonizó no sólo la parte final de la exposición de Goirigolzarri, sino buena parte del turno de preguntas. El presidente de Bankia se declaró consciente de que “la tecnología va a jugar un papel muy importante”, y señaló que el 30% del crédito al consumo de la entidad se produce en cajeros o por Internet, una tercera parte de sus clientes son multicanal, y de ese porcentaje, un 42 por ciento se relaciona con el banco casi exclusivamente a través de canales distintos a las oficinas.
Del mismo modo, la tecnología les ha permitido buscar una reducción radical de los costes de sus procesos, y aumentar lo que definió como “transformación anímica” del banco, entendiendo como tal la capacidad de venta de sus empleados; en este sentido indicó que han pasado de vender 18 productos de media al mes a 31, algo que no seria posible sin los avances de hoy en día. A pesar de todo ello, no dejó de mantener unas reservas hacia el cambio al mundo digital muy alejadas del entusiasmo de otros participantes en el curso de APIE: “Internet es importante, pero no es la clave: es una commodity, un canal”. El factor que diferenciará a los ganadores de los perdedores en la banca del futuro, explicó, será la capacidad de adaptar los canales virtuales a las necesidades de los clientes. “La labor de los equipos seguirá siendo clave”.
No quiso entrar en el tema de una posible extensión del plazo para la privatización de Bankia, y prefirió concentrarse en la obligación de su equipo gestor de “trabajar mucho, generar mucho valor y procurar que las ayudas se recuperen”.
Enfrentarse a los desahucios
Era inevitable la pregunta sobre su reunión con Manuela Carmena, pero aclaró que esta se produjo antes de que fuera alcaldesa, “y por tanto no podíamos llegar a ningún tipo de compromiso, pero sí compartimos con franqueza diversos aspectos de la realidad de Madrid que afectan al mundo bancario”. Uno de esos aspectos fue la implantación de la oficina de intermediación hipotecaria, algo con lo que Goirigolzarri se mostró de acuerdo, ya que, “la vicealcaldesa estuvo en el gobierno de Patxi López, y allí instauró esta oficina. Y en el País Vasco funcionó bien. Hay que ver cómo debe funcionar en Madrid, pero a mí me parece un concepto adecuado”.
No perdió la oportunidad de explicar que enfrentarse a los desahucios ha sido uno de los problemas “prioritarios” de Bankia. Además de la reubicación de hipotecas y el empleo de la dación en pago, explicó, somos muy activos con el fondo social de vivienda y tenemos acuerdos con cuatro comunidades autónomas para poner a su disposición viviendas con alquileres sociales en régimen de colaboración. Los resultados han sido muy buenos”.