La presidenta de la CNMV defiende el papel que el mercado de valores debe jugar en la financiación necesaria para la recuperación de la economía
El mercado de valores tiene mucho que decir a la hora de resolver los problemas de financiación de España; y lo hará cuando pymes y particulares conozcan las nuevas leyes de transparencia y regulación y, muy especialmente, cambien su cultura de inversión. Estas fueron algunas de las conclusiones presentadas por la presidenta de la Comisión Nacional del Mercados de Valores, Elvira Rodríguez, en su intervención en el curso de verano organizado por la Asociación de Periodistas de Información Económica en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander.
Si la economía debe volver a crecer, necesitará de una financiación creciente, pero Elvira Rodríguez no consideró “posible ni conveniente” que esta recaiga sobre el crédito bancario en los volúmenes anteriores a la crisis. Frente al mercado europeo “extremadamente bancarizado”, recordó que “hay unos mercados de capitales con mucho camino por recorrer”, y puso como ejemplo el modelo norteamericano, donde “sólo un 10 por ciento de los ahorros de los ciudadanos están depositados en los bancos, mientras que en Europa hay países donde ese porcentaje supera el 50 por ciento”. Pero para conseguir ese cambio de modelo, añadió, es necesario recuperar la confianza de los inversores, quebrada durante la crisis por falta de transparencia y de un adecuado control de riesgos.
Regulación y sanciones
En ese sentido, la presidenta repasó las actuaciones más recientes de la CNMV, como la reforma de la Ley de Sociedades de Capital y la Publicación de un nuevo Código de Buen Gobierno para las empresas cotizadas, y la potenciación de las actuaciones supervisoras muy tempranas en aquellos ámbitos que puedan tener más impacto en las decisiones de los inversores minoristas, de forma que “sean más conscientes de las decisiones que adoptan”. Elvira Rodríguez se refirió también a la normativa aprobada sobre Capital Riesgo, orientada hacia las pymes en sus primeras etapas de desarrollo, que incluye una regulación detallada de las plataformas de crownfunding “para garantizar un nivel adecuado de protección del inversor”.
Preguntada sobre la capacidad sancionadora de la Comisión, Rodríguez prefirió concentrarse en sus efectos antes que en el importe, y si bien reconoció que las sanciones no son muy elevadas, “quizá la mitad están por encima del millón de euros, pero no son de mil millones”, defendió que una sanción calificada como “muy grave” tiene serias consecuencias para la empresa que la recibe. El cambio de ley añadió, permitirá publicar estas sanciones con mayor prontitud, aunque eso no significa que vayan a hacerlo con todas las compañías sancionadas, pero “si vemos que publicar la apertura de un expediente puede tener efectos preventivos, desde luego lo vamos a hacer”.
Confianza y seguridad son dos palabras bastante ligadas al Mercado Alternativo Bursátil (MAB), pero Elvira Rodríguez no consideró que los escándalos ocurridos en este entorno deban significar su cierre o su inclusión en el mercado bursátil convencional: “El MAB se crea a semejanza de otros mercados similares en Europa. Por las características de las empresas que entran en él, en principio es un mercado de más riesgo, pero eso no debe considerarse un escándalo; el que invierta allí tiene que saber a qué se enfrenta y mirar bien. No creo que haya que anular el MAB. En otros países funciona. Y si le ponemos las mismas restricciones que al mercado grande, nos lo cargamos”, declaró, aunque especificando que “no puede ocurrir es que alguna empresa aproveche su alta rotación y sus características para entrar con una contabilidad falsa”.
Un semáforo poco definido
Informar al inversor del grado de riesgo de cada producto con el denominado “semáforo” que indica por colores su gravedad es otro proceso defendido por la presidenta de la CNMV, pero que parece enfrentado a una serie de obstáculos, ya que, no muy sorprendentemente, “a los inversores les gusta lo justo”. En Europa se ha establecido no el sistema de colores rojo, amarillo y verde propuesto en un principio “sino una gama de grises, y en vez de banderines, barras. Estamos debatiendo que nos dejen usar los colores, porque es una forma clara de informar que tipo de producto se está comercializando”. Con o sin colores, añadió, el inversor siempre deberá mirar con cuidado dónde está metiendo su dinero, especialmente ahora, donde los bajos tipos de interés han traído consigo una baja rentabilidad que ha llevado a situaciones donde la gente ha preferido mirar el beneficio que el riesgo potencial.
Elvira Rodríguez concluyó con la reflexión de los “efectos colaterales indeseados” de la crisis, y señaló entre ellos un posible exceso de regulación “no tan coordinada como sería aconsejable”. La gran cantidad de normativa que emana de Europa, explicó, busca reducir el riesgo de contagio, pero también corre el peligro de matar al de hambre al enfermo. Y celebró las señales que prometen una eliminación de trabas no reñida con la transparencia. “Desde luego, si uno no se mueve puede que no corra peligro, pero lo que está claro es que no llega a ninguna parte. En este momento estamos: en el de andar, con cautela, pero decididos”.
Texto Íntegro de la Intervención de Elvira Rodríguez