El Ministro de Hacienda habló en el Colegio de Economistas de Madrid de la recuperación, y anunció bajadas de impuestos y exenciones del IRPF en el primer empleo para la próxima legislatura
Cristóbal Montoro fue el encargado de inaugurar el primero de los encuentros electorales organizados por el Colegio de Economistas de Madrid, el Consejo General de Economistas y la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE), con la colaboración del Instituto de Estudios Económicos. Estos encuentros, que se desarrollarán entre esta semana y la siguiente, tienen como finalidad permitir a los representantes económicos de los principales partidos exponer los detalles de sus programas electorales ante economistas profesionales y periodistas especializados.
Una estructura que fue muy agradecida por Montoro, ya que, como comentó antes de comenzar su intervención, “los debates están muy bien, están muy a la page últimamente, pero también hace falta pedagogía de la otra, hablar con cifras, responder preguntas…”. Y hubo abundantes cifras en su exposición, que centró en dos objetivos principales para la próxima legislatura: crecimiento y creación de empleo, hasta recuperar los niveles de bienestar económico de antes de la crisis, lo que tradujo en “llegar a los veinte millones de ocupados que había en 2007, y hacerlo en unas condiciones que aseguren el bienestar”, una meta que, afirmó, sólo se puede conseguir manteniendo un nivel de crecimiento sostenido del 3%.
Tras el esfuerzo, la bajada
La principal arma que esgrimió para lograr estos objetivos es la bajada de impuestos “en contra de lo que dicen otros”, una bajada que, aseguró, ha comenzado ya este año y seguirá a lo largo de la próxima legislatura hasta dejar los tramos de cotización entre el 19 y el 45%. Montoro ha presentado esta medida como posible gracias a los resultados del “esfuerzo fiscal primario” realizado sobre todo entre los años 2012 a 2014, gracias a lo cual la economía española ha podido emprender el camino de la recuperación. “Si no lo hubiéramos hecho, no estaríamos hablando ahora de un crecimiento del 3,3%”.
Un crecimiento y una recuperación que se afanó en demostrar en abundantes gráficos, remarcando que la crisis española es sobre todo “una crisis de endeudamiento”, de la que “estamos ya en los últimos coletazos gracias a que hemos ganado en competitividad. Por eso tenemos financiación, y por eso estamos devolviendo la deuda externa frente al resto del mundo”. Esta devolución no puede admitir demoras, añadio, contra las propuestas de otros partidos que hablan de reducir el ritmo: “La cuestión no es negociar con Bruselas para que que nos relaje la devolución del déficit público. Nos conviene bajarlo, haciéndolo compatible con el crecimiento y con la creación de empleo. Nos conviene como país”.
La relajación en la presión fiscal fue presentada por Montoro como el arma más eficaz para estimular el crecimiento, pasadas ya las obligaciones de la austeridad. Según señaló como consecuencia directa, “el pago fraccionado de las empresas ha crecido casi un 13%, el IVA de las pymes casi un 11,5%, y la base imponible de sociedades consolidadas, casi un 17%.”. El crecimiento y la capacidad económica de asalariados y pensionistas han sido las razones, aseguró, de que los ingresos en contabilidad nacional estén creciendo un 6%.
Exenciones fiscales para jóvenes y mayores
En las promesas fiscales fue donde el Ministro concentró su paquete de medidas estrella, algunas ya anunciadas por otros miembros del Gobierno, entre ellas la franquicia de 500 euros en los nuevos contratos para reducir la temporalidad, que también puede considerarse una bajada de impuestos. Otra medida en la próxima legislatura será eximir a los jóvenes que encuentren su primer empleo de pagar el IRPF el primer año, y en el otro extremo de la pirámide de edad, se propondrá una exención en el IRPF para los mayores que continúen desarrollando su actividad profesional, para atender tanto a las mayores expectativas de vida como a los que quieran seguir trabajando más allá de su edad de jubilación.
Preguntado sobre las posibilidades de diálogo con otros partidos después de las elecciones generales, no las rechazó de plano, y recordó leyes que se aprobaron con el apoyo de otras fuerzas parlamentarias, pero trazó abundantes líneas rojas: “No vamos a negociar que nos aumenten el déficit público. ¿Queremos tener la economía más endeudada? Ni la bajada de impuestos, porque ya los estamos bajando, y con éxito. No estamos por negociar planteamientos que lleven a un parón económico y que luego nos digan que lo hicimos para mantenernos en el Gobierno”. Y concluyó que la estabilidad parlamentaria que les proporcionó su mayoría absoluta les ha permitido poner en marcha una economía del crecimiento: “Gracias a esa mayoría parlamentaria estamos donde estamos”.