El director general de Uber en España se queja en el Curso de Economía organizado por APIE de las excesivas restricciones que la legislación impone a su modelo de negocio, y declara que la compañía seguirá tributando en Holanda.

Era cuestión de tiempo quela economía colaborativa se asomara por el curso de verano que cada año organiza la APIE en la Universidad Menéndez Pelayo de Santander. Y lo hizo en la tarde de su primera jornada, de la mano de uno de sus representantes mas significativos: Carles Lloret, director general de Uber para el sur de Europa, que centró su intervención en describir el servicio que prestan, “algo que quizá no hemos sabido hacer bien, ni a los medios ni a las administraciones”, y en denunciar las presiones y limitaciones que, a su juicio, sufre su empresa y que les impide alcanzar sus niveles máximos de crecimiento.

Actualmente, Uber opera en más de 400 ciudades de 70 países, en muchos de ellos aplicando unas alternativas de negocio que en España le están negadas por la excesiva regulación administrativa. Sus ofertas incluyen modelos como Uberpool, donde varios conductores que hacen un recorrido similar a las mismas horas se conectan entre sí, o Ubercommute, que aplica ese mismo modelo a los nucleos de población de los alrededores de las grandes ciudades. Pero en nuestro país sólo ofrecen el servicio UberX, que conecta a pasajeros con conductores profesionales. Estos conductores son autónomos que operan con la licencia VTC (vehículos de alquiler con conductor), pero las restricciones para obtenerlas, denunció Lloret, les impiden alcanzar la masa crítica para ofrecer calidad suficiente en su servicio. Las excepciones son Madrid, la ciudad con más licencias (1.600 en total) y Málaga (600).

Un Uber por cada treinta taxis

El problema, denunció Lloret, es la ley que establece que sólo puede otorgarse una licencia a Uber por cada 30 licencias de taxis. “Y como los taxis no aumentan, nosotros tampoco”. Sin las regulaciones que les bloquean, aseguró, los 9.600 empleos que genera actualmente en España podrían crecer a 30.000 para el año 2019, generando un volumen de negocio de 324 millones de euros.

Carles Lloret, director general de Uber, durante su intervención en el curso de economía organizado por APIE en la Universidad Menéndez Pelayo de Santander.

Carles Lloret, director general de Uber, durante su intervención en el curso de economía organizado por APIE en la Universidad Menéndez Pelayo de Santander.

Preguntado por la competencia con otros formatos de transporte, como Car2Go o los taxis tradicionales, Lloret contestó que considera que hay un formato para cada momento y lugar, según la situación y las necesidades del pasajero. “A veces lo más rápido es coger un taxi, y yo mismo los utilizo”, declaró. Por eso mismo, si bien vaticinó un descenso en el precio de las licencias de los taxis, “cada alternativa tendrá su nicho. Pero todo lo que ayude a que la gente deje el coche en casa será bueno”.

La parte más espinosa llegó cuando reconoció que Uber sigue tributando en Holanda, y que a pesar de sus perspectivas de crecimiento, no tienen planes de comenzar a hacerlo en España. Igualmente, se resistió a dar cifras concretas sobre su volumen de negocio en España “no porque no las queramos dar”, aclaró. “sino porque hay competidores que quieren conocer esas cifras, y nosotros no queremos que las conozcan. Tan sencillo como eso”.

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