El presidente de CEYME y vicepresidente de la CEOE reivindicó en el Curso de Verano de la APIE el papel de las pymes en el tejido económico español y abogó por la implantación de una flexibilidad “con mayúsculas” para seguir creciendo

Tras la intervención de los sindicatos, la segunda jornada del Curso de Verano de la Asociación de Periodistas de Información Económica en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander contó con el punto de vista de la patronal, representada por Antonio Garamendi, Presidente de CEPYME y Vicepresidente de la CEOE. Su intervención estuvo centrada, como cabía esperar, en la situación de la pequeña y mediana empresa; y si bien coincidió con Méndez y Toxo en señalar algunos de los principales problemas que afectan al sector, difirió radicalmente en su punto de vista sobre la manera idónea de resolverlos.

Hubo, al menos, un punto de acuerdo: destacar la importancia de las pymes en la maquinaria empresarial y laboral de España. Garamendi las definió como “las empresas del día a día, donde compramos el periódico, donde llevamos el coche a reparar. Son empresas y empresarios con cara y ojos, que están al pie del cañón veinticuatro horas al día y muchas veces todos los días de la semana”. Unas empresas que, añadió, “fueron las primeras en ser expulsadas de la fiesta cuando comenzó la crisis, y ahora que dicen que la recuperación está en marca, van a ser las últimas en notar sus efectos”.

Antonio Garamendi, presidente de CEPYEm, durante su intervención en el Curso de Verano organizado por APIE en la UIMP.

Antonio Garamendi, presidente de CEPYEm, durante su intervención en el Curso de Verano organizado por APIE en la UIMP.

Para el presidente de CEPYME, el actual es un escenario cada vez más exigente, donde las empresas se juegan no sólo su recuperación sino su propia supervivencia”, y detalló que de las más de 300.000 que han desaparecido durante la crisis, casi la mitad tenían entre uno y diez trabajadores. En este escenario, destacó la importancia de las organizaciones empresariales como “factor de cohesión y un magnifico ejemplo de sociedad civil estructurada para defender intereses particulares, pero siempre en beneficio del conjunto de la sociedad”.

La importancia de la formación

Sus propuestas para preparar a las pymes a afrontar la recuperación pasaron por dos frentes: la formación y la flexibilidad. En el primer aspecto, se refirió a la necesidad de adaptar el marco de los institutos tecnológicos para fomentar la participación de los proyectos de I+D+I de las empresas, y al mismo tiempo, resaltó la conveniencia de acercar la I+D+I a las pymes tanto para fomentar la aparición de empresas tecnológicas como para aumentar su capacidad de absorber nuevas tecnologías, algo que no siempre pueden hacer debido a la escasa capacidad de muchas de ellas. También hizo hincapié en fomentar la formación profesional reglada y el sistema de formación continua que “ha sido perjudicado seriamente con la última reforma. Es un sistema que cohesiona y estructura el país, ya que los trabajadores de cada sector tienen idénticas necesidades formativas en cualquier parte de España”.

En la parte de la flexibilidad, Antonio Garamendi se centró tanto en los cambios que se han introducido en los últimos años en el mercado laboral español como en los que, a su juicio, quedan por hacer. Según declaró, “Los ajustes del gobierno y la reforma laboral han dado más flexibilidad y facilitado la supervivencia de muchísimas pymes y el mantenimiento del empleo del que de ellas depende”. Aunque se mostró confiado en que el crecimiento del 3% permitirá crear 300.000 nuevos puestos de trabajo en 2015, señaló que alcanzar esa cifra “dependerá también de que se siga avanzando en el proceso de reformas”.

Flexibilidad laboral “con mayúsculas»

Unas reformas entre las que resaltó el mantenimiento de la moderación salarial, como creador de mayor empleo y beneficio de la economía, y un aumento de la flexibilidad, “flexibilidad con mayúsculas”, señaló añadiendo que “los sindicatos también se dan cuenta de que hay que ir por esa línea”. La flexibilidad debería abarcar los ámbitos geográficos o funcionales -“antes un camarero no podía entrar en la cocina, un jefe de cocina no podía entrar en la barra. Eso en las empresas e hoy en día es impensable”- y también la facilidad para prescindir de trabajadores.

En ese sentido, Garamendi no tuvo empacho en reconocer que era partidario del despido libre, aunque a continuación matizó: “en el fondo el despido es libre hoy en día, será más caro o menos caro, pero… Yo estoy hablando de otro modelo mucho más flexible. Pero no estoy hablando de despido gratuito, sino de más flexibilidad a la entrada y a la salida de los trabajadores. No creo que nadie me haya oído decir nunca “despido con indemnización cero”. Pero lo que sí planteamos es la flexibilidad en grande, y eso es una realidad”. Igualmente se mostró partidario de abaratar “un poco” el despido de los trabajadores indefinidos, según las indicaciones del FMI y el Banco de España.

Antonio Garamendi, presidente de CEPYEm, durante su intervención en el Curso de Verano organizado por APIE en la UIMP.

Antonio Garamendi, presidente de CEPYEm, durante su intervención en el Curso de Verano organizado por APIE en la UIMP.

El vicepresidente de la CEOE y presidente de CEPYME defendió también la inclusión de nuevas formas de contratación, como la media jornada, que “parece que son demoniacos en España cuando en otros países son frecuentes, suponen mucha mas creación de empleo, y ayudan a conciliar la vida laboral y familiar. A muchas personas podrían serles de ayuda”. Consideró “complicada” la implantación del contrato único, “y más en el panorama español”, aunque se mostró partidario de reducir las modalidades de contratos. Y coincidió con los sindicatos en la necesidad de impulsar y reconocer la importancia de la formación profesional porque, señaló, hay puestos en la industria que no se están cubriendo por falta de personal con la preparación suficiente “a pesar de que son puestos indefinidos y bien retribuidos”.

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