ROSA

Foto: Fernando Moreno (Cortesía de El Nuevo Lunes)

Cabe especular qué camino podría haber seguido el periodismo económico en España sin la figura de Rosa del Río. Con seguridad habría encontrado un modo u otro de salir adelante, aunque quizá con menos brillantez y dinamismo. Pero de ningún modo puede dudarse de su papel en la trayectoria de la Asociación de Periodistas de Información Económica. Sin sus años de trabajo y dedicación, de ideas, proyectos, actividades y brío para impulsarla en nuevas direcciones, la APIE podría ser cualquier cosa diferente de lo que es hoy. Unas siglas renqueantes, o un recuerdo del pasado.

El compromiso de Rosa con esta Asociación fue excepcional, por su prolongación en el tiempo y por todas las iniciativas que puso en marcha. En 1983, se incorporó a la Junta Directiva, y ocupó la presidencia entre 1992 y 1995. Fue secretaria de los cursos de verano en la Universidad Menéndez Pelayo de Santander, y directora de cursos de verano en El Escorial. En su mandato creó cinco comisiones: de formación, información, profesional, de admisión y control, y editorial, y dirigió y coordinó varias publicaciones sobre información económica editadas por la APIE. Todo ello al tiempo que dirigía El Nuevo Lunes, el semanario a cuyo frente estuvo durante treinta y cinco años, y del que sólo la muerte la ha podido apartar del día a día de la redacción. Literal, porque su firma apareció hasta en el último número publicado con ella en vida.

Rosa del Río fue periodista de los pies a la cabeza, de eso no puede haber duda. Y fue, sobre todo, periodista económica, entrando en esta especialidad en unos tiempos en los que era considerada poco menos que una ocupación de gacetilleros. Pero lo hizo justo cuando estaban a punto de comenzar otros tiempos, y las exclusivas de bancos y empresas se hicieron hueco por derecho propio en las portadas de diarios y revistas. La economía se convirtió en un campo periodístico imprescindible. Y en medio de esa vorágine, Rosa luchó en la Asociación por otorgar a esta especialidad y a sus profesionales el respeto y la consideración que se merecían.

Deja muchos amigos y colegas que la echarán en falta. Y deja un legado en esta Asociación que ha sido siempre un listón más que alto en el fijarse por parte de quienes, en los años sucesivos, recogieron el testigo. Descanse en paz Rosa del Río. Presidenta. Compañera. Periodista.

Junta Directiva de la APIE