El ex Gobernador del Banco de España vaticina en el curso de la APIE en Santander una transformación total del modelo bancario, acelerada por el Covid

Si en las distintas sesiones de esta edición del Curso de Economía organizado por la APIE con el patrocinio del BBVA, en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, de Santander, han sido frecuentes los vaticinios sobre los cambios en el sistema económico provocados o acelerados por la pandemia, quizá nadie ha llegado tan lejos como el ex Gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordoñez, quien en su intervención ha hablado de una transformación total del sistema financiero, gracias a la irrupción del dinero digital público.
Esta divisa, conocida también como CBDC (iniciales en inglés de Central Bank Digital Currency) está despertando cada vez mayor interés, fenómeno que el ex Gobernador no ha dudado en relacionar con la aparición del Covid: “Es un hecho que en estos meses se ha producido un aluvión de estudios sobre el dinero digital público”. Una atención que se justifica, según ha declarado, porque este dinero digital escondería la solución a muchos de los problemas a los que se enfrenta la banca actual -fragilidad, política monetaria ineficiente y escasa innovación en los servicios de pago-, problemas derivados del sistema de dinero y banca que “están indisolublemente unidos”.
Pero si los bancos abrazasen el dinero digital público –Fernández Ordóñez ha señalado Inglaterra, China o Suecia como los países más interesados-, todo cambiaría: el ex Gobernador ha declarado que los bancos dejarían de estar sometidos al “intervencionismo del Estado”, y se abrirían por completo a las mejoras de la innovación y la competencia. “Ya no necesitaremos organismos de resolución y los bancos centrales dejarían de manipular directamente los tipos de interés”.
Con la divisa digital se abrirían nuevas líneas de negocio y se abandonarían otras, pero Fernández Ordóñez se ha mostrado convencido de que el resultado final sería beneficioso para todos: “En algún momento los bancos se darán cuenta de que al renunciar a su actividad de depósitos podrían dedicarse a otras actividades financieras más rentables que su negocio tradicional, sin regulaciones pesadas y gravosas que no tendrían que sufrir. Los bancos que no se adapten, desaparecerán, pero lo normal es que algunas entidades se transformen y subsistan”.
Para el ex Gobernador, si la ciudadanía no ha sido aún consciente de estos problemas y de su solución, es porque el Estado ofrece una protección que actúa como un “efecto anestesia” para “tranquilizar a los depositantes de forma que no sientan los problemas del depósito privado”. En conjunto, ha abogado por la liberalización de las actividades financieras que traería consigo el dinero digital público, frente a la situación actual de protección del Estado a los bancos, que no ha dudado en calificar de “pseudocomunista”.