El Ministro de Economía, Industria y Competitividad cierra la tercera jornada del Curso de Economía para Periodistas organizado por APIE anunciando más crecimiento y una reforma de la Ley Hipotecaria enfocada a la transparencia
“Un sabor agridulce”. Así denominó Luis de Guindos la sensación que le provocaba la situación actual en el almuerzo de prensa con que se cerró la tercera jornada del XXX Curso de Economía para Periodistas que organiza la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE) con el patrocinio del Banco Popular. No porque las cosas, a su juicio, no fueran bien en el área económica, más bien al contrario; sino porque los vaivenes e incertidumbres estaban tapando la percepción de las buenas noticias: “probablemente estemos en el mejor momento de la economía mundial de los últimos años, aunque tampoco sea algo para tirar cohetes, pero ese momento está ensombrecido por la situación política de muchos países”, añadió, en referencia tanto al Brexit como a los futuros referendums en marcha en países como Francia u Holanda, sin olvidar la obligada referencia a Estados Unidos.
El Brexit no debe crear escuela
Pero, en el campo puramente económico, los aires que llegan del extranjero no son necesariamente malos para el Ministro de Economía, Industria y Competitividad: así, está prevista una subida de tipos en Estados Unidos “probablemente este mismo mes”, y posiblemente también en Europa, que en este caso consistiría en hacerlos menos negativos. Ambos casos no serían más que el indicador del rumbo en el comportamiento de los bancos centrales como consecuencia de la recuperación, “ya que es lógico que la política monetaria sea cada vez más ortodoxa”. Más le preocupa el Brexit, no tanto por el impacto directo que pueda tener sobre la economía española como por la posibilidad de que sea el primero de nuevos procesos de salida que acaban suponiendo la desintegración de la Unión Europea.
Su repaso de la situación española siguió su linea de presentar una situación incluso mejor de lo que el propio Gobierno preveía, impulsada, según ha explicado, por el saneamiento del sector financiero, el aumento de la competitividad y la disminución de la inestabilidad política. “Por cuarto año consecutivo tenemos un superavit en la balanza de pagos, que se va a mantener en los próximos años. Y esto es algo que no había ocurrido nunca en nuestra historia económica reciente”. De hecho, para De Guindos España cuenta con la inercia suficiente como para seguir creciendo a un ritmo del 2,5% anual, “si no cometemos errores o si no se produce un accidente externo no controlable por parte de las autoridades”. Tampoco se anduvo con rodeos a la hora de prever el aumento de las contrataciones, y declaró que “la evolución laboral puede llevar este año a la creación de medio millón de puestos de trabajo”. Ya entrando en cuestiones más concretas como la aprobación de los presupuestos para este año, ha declarado que, aunque con los presupuestos prorrogados actuales “se puede vivir”, espera que puedan sacarlos adelante, no sin aprovechar para implicar a la oposición, ya que, añadió, “El Gobierno sólo tiene 137 diputados, y sólo se le puede pedir responsabilidad sobre 137 diputados. Aquí van a tener que retratarse todos”.
Las cicatrices de la crisis
Con todo, aprovechó el turno de preguntas para lanzar algunos avisos sobre posibles nubarrones en este horizonte, ya que, advirtió, “Corremos el riesgo de pensar que todo está hecho, y no es así. España sigue siendo muy vulnerable”. Aunque los datos macroeconómicos acompañen, explicó, “la percepción de crisis en España sigue existiendo, y es lógico, porque, aunque recuperemos el nivel de renta de 2007, habremos perdido una década”. El Ministro de Economía calculó que los diez años de crisis han hecho que el país deje de generar un 20% de renta per capita y haya perdido un 10% del Producto Interior Bruto. “A veces no somos conscientes de las cicatrices que deja una crisis como la que hemos vivido”, concluyó.
Era inevitable que De Guindos hiciera alguna referencia al tema que ocupó el debate de la tercera jornada: el mercado hipotecario en España, la experiencia de los consumidores en los últimos años, y la reforma que está preparando el Gobierno. Sobre esta última, expuso que el Gobierno insistirá especialmente en reforzar la transparencia del proceso, especialmente en la fase precontractual, antes de ir al notario, “para que el posible deudor hipotecario cuente con información adicional sobre las cláusulas potencialmente complejas”. No se tocará el interés de demora, pero el vencimiento anticipado pasará a ejercerse no en base a las cuotas impagadas, sino al porcentaje del capital que queda por amortizar, “y se introducirá mucha más transparencia en todas las ventas de productos vinculados a la hipoteca”.
Este anuncio no le impidió defender el sistema hipotecario vigente, gracias al cual, declaró, un 83% de las familias españolas -diez puntos más de la media europea- tienen vivienda en propiedad. Pero también, añadió, es evidente que se han producido acciones incorrectas, y eso es lo la reforma intentará corregir, ya que “una hipoteca no es un producto simple, y para el deudor medio puede ser el contrato más importante que firme en su vida”.
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