Los representantes del sector reunidos en la mesa redonda piden al nuevo gobierno una planificación duradera para cumplir con los objetivos de reducción de emisiones

De izquierda a derecha, Pedro González (UNESA), José Miguel Villarig Tomás (APPA Renovables), Marta Margarit (Sedigas), Arcadio Gutiérrez Zapico Club Español de la Energía) y Andrés Dulanto, de la Junta Directiva de APIE, durante la jornada del Curso de Economía dedicada al sector energético.

La tercera sesión del XXXI Curso de Economía para Periodistas organizado por la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE) estudo dedicada a “La Transición Energética: Retos del nuevo Gobierno y evolución de los sistemas eléctrico y gasista” y se desarrolló durante una mesa redonda que contó con la participación de Arcadio Gutiérrez Zapico, director general del Club Español de la Energía, José Miguel Villarig Tomás, presidente de APPA Renovables, Marta Margarit, secretaria general de Sedigas y Pedro González, director de Regulación de la Asociación Española de la Industria Eléctrica (UNESA), además de Andrés Dulanto-Scott, de la Junta Directiva de APIE, que actuó como moderador.

La mesa redonda comenzó con la intervención de Arcadio Gutiérrez Zapico, que se centró en las posibilidades de cumplimiento de los objetivos de reducción de emisiones marcados por la Unión Europea para los años 2020, 2030 y 2050. El cambio de titular en el Ministerio, con la entrada de Teresa Ribera, e incluso de denominación del propio Ministerio, que pasa a llamarse de Transición Ecológica, no supondrá, a su juicio, ninguna alteración en los planes inmediatos, ya que “la discusión está bastante avanzada, y el lunes hay una reunión del Consejo Europeo donde ya asistirá la nueva ministra”.

Arcadio Gutiérrez Zapico, director general del Club Español de la Energía, durante su intervención en la jornada del Curso de Economía de APIE dedicada al sector energético.

Las cifras del último cuarto de siglo, donde el PIB de la Unión Europea creció un 53% entre 1990 y 2016 mientras que las emisiones bajaron un 23% “demuestran que se puede crecer emitiendo menos CO2”, declaró, al tiempo que consideró “razonable” que España cumpla con los objetivos de 2020. Todo el plan, añadió, “está aprobado por Decreto y hay que aplicarlo”. El reto, añadió, es “cómo organizarnos para cumplir los objetivos del año 2030 y del futuro”, y en ese sentido pidió al nuevo Gobierno la elaboración de “unos objetivos que puedan alcanzarse y que cumplan con la economía y con el consenso”.

José Miguel Villarig Tomás inició su intervención refiriéndose a la deuda tarifaria, que al cierre de 2016 acumulaba 23.070 millones de euros, una situación que definió como “un largo cáncer en el que no transmitíamos los costes al consumidor”, y que supondrá hasta 2017 unos costes de amortización de entre 2.500 y 3.000 millones. Desmintió, no por primera vez, al anterior Ministro de Energía, “que terminaba sus comparecencias con una falta de rigor impresionante, echando la culpa de todo a las renovables”. Según declaró, las primer recibidas por el sector entre 2005 y 2008 -5.824 millones- fueron muy inferiores al déficit de tarifa generado en el mismo periodo -15.099 millones-, sin contar el papel jugado por las renovables en reducir la dependencia energética de España, situada 20 puntos por encima de la media europea.

José Miguel Villarig Tomás, presidente de APPA Renovables, durante su intervención en la jornada del Curso de Economía de APIE dedicada al sector energético.

La apuesta por las renovables, añadió Villarig, no sólo es imprescindible para cumplir con los objetivos europeos, sino que puede convertirse en una fuente de riqueza y empleo que permita a España exportar a otros países los megawatios obtenidos en los campos eólico y fotovoltaico, cuyas centrales “tienen hoy capacidad de producir sin necesidad de ningún tipo de ayuda”. Al nuevo Gobierno le pidió “que nos empiece a escuchar” y que aborde una planificación “flexible y revisable, que no es lo mismo que la improvisación que estamos viviendo todos los días. Lo regulado debe mantenerse en el tiempo. Y no hay que hacerlo lento, como se decía antes, ni hay que hacerlo rápido: hay que hacerlo bien”.

Marta Margarit defendió el papel que el gas ha jugado en el cumplimiento de los objetivos de emisiones de España para 2020 y declaró que “un sistema gasista con mucha vida por delante” puede ser una gran ayuda para cumplir también los de 2030. Aunque no es tan omnipresente como la electricidad, “compite siendo eficiente y evitando emisiones”, y puso el sector del transporte como uno de los campos donde estas ventajas son ya una realidad: “la energía eléctrica está avanzando, pero aún no tiene solución para el transporte de largo recorrido, el marítimo o la autonomía prolongada dentro de la ciudad. Y eso el gas ya lo tiene, los autobuses de Madrid funcionan con gas natural”. Según añadió, “si el 5% del parque automovilístico se sustituyera por gas natural habría más de un millón de toneladas menos de CO2 en la atmósfera”.

Marta Margarit, secretaria general de Sedigas, durante su intervención en la jornada del Curso de Economía de APIE dedicada al sector energético.

La secretaria general de Sedigas apuntó también que, cuando se consideran objetivos tan lejanos como los de 2050 no se debe olvidar la continua evolución tecnológica, que hará que aparezcan nuevas herramientas para la eliminación de las emisiones. “No sabemos si vamos a llegar allí con lo que tenemos ahora, o con lo que tenemos ahora y lo que se descubra en los próximos años”. También apuntó por un papel creciente del gas renovable, que podrá utilizarse como energía almacenada cuando no haya consumo. 

Pedro González, director de Regulación de la Asociación Española de la Industria Eléctrica (UNESA) durante su intervención en la jornada del Curso de Economía de APIE dedicada al sector energético.

Por último, Pedro González reivindicó la electricidad como la única manera de llegar a la reducción de emisiones de entre un 80% y un 95% prevista para 2050: “Hay muchas cosas que son eléctricas y van a tener que ser más eléctricas, y otras que no son eléctricas y van a tener que serlo”. La electricidad, añadió, deberá extenderse como mínimo hasta el 60% del total de nuestro uso energético y para ello habrá que apoyarse en todo tipo de fuentes, desde las renovables hasta el autoconsumo: “si queremos electrificar, debemos adoptar todas las opciones”.

Y uno de los campos básicos que deberá desarrollarse, añadió, son las redes de distribución, ya que su robustez es clave para garantizar el suministro durante los años de transición. “Vamos hacia un sistema con muchos miles de pequeñas estaciones de suministro”, anunció. “Tendremos más autoconsumo, más aparatos conectados en la baja tensión, más renovables que aplicar al sistema y un sistema nuevo de automatización”, todo lo cual requerirá una inversión suplementaria en redes para 2030 que González estimó en 30.000 millones de euros.

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