El presidente de CaixaBank expresa sus objeciones sobre la entrada de las Bigtech en el mundo financiero en el Curso de Economía organizado por la APIE

Jordi Gual Solé, presidente de CaixaBank, durante su intervención en el Curso de Economía organizado por la APIE en la UIMP de Santander.

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La amenaza -o la presencia- de los nuevos jugadores en el ámbito financiero, centrados en la figura de las Bigtech -Google, Amazon, Facebook y Apple-, centró buena parte de la intervención de Jordi Gual Solé en el Curso de Economía organizado por la APIE en la Universidad Menéndez Pelayo de Santander. El presidente de CaixaBank advirtió sobre las posiciones de dominio que estas empresas tienden a ejercer en el mercado, y de las polémicas originadas por el uso que hacen de la información de sus clientes. 

Jordi Gual Solé explicó que las bigtech compiten desde una posición de precio cero gracias a los ingresos que obtienen con la publicidad, y que su valor aumenta conforme lo hace el número de usuarios, “lo que les permite ganar escala de manera muy rápida”. Pero, partiendo de la máxima de que “a mayor privacidad, menos ingresos por publicidad”, advirtió sobre los riesgos que corren los datos personales de esos usuarios. Tras recordar los escándalos protagonizados por varios de estos gigantes tecnológicos relacionados con la violación de esta privacidad, el presidente de CaixaBank no descartó que en algún momento pudieran llegar a autorregularse, pero dudó de que su trato de la confidencialidad de sus clientes pudiera compararse al de la banca tradicional, que es “el garante natural de la privacidad de los datos de sus clientes, y su negocio no es compartir los datos, ni son los ingresos por publicidad”. 

Jordi Gual Solé, presidente de CaixaBank, durante su intervención en el Curso de Economía organizado por la APIE en la UIMP de Santander.

La digitalización es al mismo tiempo una obligación y una gran oportunidad para el negocio bancario, y Gual Solé ha comentado que ya han comenzado a competir “en el puro mundo de las plataformas digitales”, pero siempre “en base al uso responsable de los datos de nuestros clientes”. Sin embargo, ha expresado su preocupación ante los cambios regulatorios que, ha asegurado, se están propiciando desde las propias administraciones y pueden facilitar la entrada de los nuevos competidores. Para equilibrar la situación, ha sugerido extender a estos nuevos operadores la portabilidad de los datos a que están sujetas las entidades tradicionales, para reducir barreras de entrada y equilibrar a ambos grupos, y que estos operadores se comprometan a optimizar los datos “en el mejor interés del cliente y anteponiéndolo al suyo propio cuando hay conflicto”.

El presidente de CaixaBank coincidió con otros banqueros que han pasado por el Curso en desear que el Banco Central Europeo (BCE) finalice con su política de tipos negativos, a la que consideró “una situación anómala que no debiera prolongarse más en el tiempo”. Con todo, descartó que fueran a trasladar a su clientela las consecuencias del mantenimiento de esos tipos, ni que éstas fueran a afectar a su plan estratégico, que proyecta una rentabilidad del 12% para 2021, una subida de un 5% anual de los ingresos bancarios y un crecimiento del 1% anual, aunque sí declaró que ajustarán sus políticas comerciales para cumplir con los objetivos. En todo caso, “nuestro banco ha demostrado en los últimos años su enorme capacidad para resistir un escenario de tipos bajos por la amplia paleta de colores con la que trabajamos”, concluyó.

Jordi Gual también ha manifestado su apoyo a la nueva Ley Hipotecaría, efectiva desde esta semana, de la que opina que “es efectiva, aportará seguridad jurídica y esperamos ir a una tendencia de mayor tranquilidad”, al tiempo que ha anunciado que CaixaBank no tiene planes de cargar sobre sus clientes los nuevos gastos a que la banca deberá enfrentarse como conseuencia de esa ley.