El presidente del BBVA inaugura el Curso de verano de la APIE apostando por las recetas tradicionales impulsadas por las nuevas tecnologías para aprovechar la recuperación

Una mezcla de tradición y modernidad constituyó la ponencia de Francisco González con la que se inauguró el curso El Nuevo Modelo Económico. Lecciones de la Crisis, organizado por la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE) en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander. Tradición en lo referente a las medidas que considera necesarias para enfrentarse a la situación que en España ha dejado la crisis económica; y modernidad para adaptarse a los inminentes cambios que la tecnología está trayendo al mundo de la banca, y para los que el BBVA, la entidad que preside, lleva ocho años preparándose.

Sin embargo, este espíritu de cambio profundo se limitó a todo lo que pudiera traer la era digital, y dejó fuera cualquier cambio que pudieran presentar nuevos movimientos políticos o sociales. A la hora de estimar lo que la crisis ha permitido aprender a los gestores de la economía, destacó “abordar con precisión los problemas, la transparencia, la flexibilidad, los incentivos al emprendimiento, la precaución en el gasto. Es lo que ha funcionado siempre en la historia de la Humanidad”. Esas recetas son las que han permitido, afirmó, pasar de una situación “realmente dramática” a una en la que España es “uno de los países que mejor ha hecho los deberes”, una percepción que aseguró haber percibido en sus frecuentes viajes al extranjero.

Francisco González, presidente del BBVA, en un momento de su intervención en el Curso de Verano de la APIE en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, de Santander.

Francisco González, presidente del BBVA, en un momento de su intervención en el Curso de Verano de la APIE en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, de Santander.

A la hora de analizar la situación actual, el presidente del BBVA reconoció la influencia de factores externos como la política de expansión monetaria del Banco Central Europeo y los avances de la unión bancaria, pero matizando que sin las reformas del Gobierno, España no se hubiera podido aprovechar de esos vientos de cola.

Populismos con patas cortas

En la parte negativa, señaló la alta tasa de paro que aún sufre el país y reconoció que los efectos de la recuperación todavía no han llegado a todo el mundo, lo cual sitúa a los afectados como personas especialmente vulnerables al populismo “y esto lo saben muy bien quienes lo explotan”. González calificó estos populismos como uno de los riesgos principales, debido a sus “propuestas inviables que pasan con el tiempo facturas muy altas. Los populismos son un viaje a ninguna parte, lo hemos visto en el pasado, y lo estamos viendo ahora en otros países de Europa”.

A la hora de hablar las expectativas de futuro, González se refirió a la necesidad de trabajar para “crear una economía centrada en el conocimiento y la innovación, con la mejor tecnología y el aprovechamiento de recursos humanos”. Lo cual sirvió como un pie perfecto para insistir en uno de sus temas estrella, la necesidad de la renovación tecnológica del sector bancario, ya que, señaló, “si los bancos no hacemos la reforma, la harán otros”, refiriéndose a las empresas de nueva creación con una fuerte base tecnológica, que ya están empezando a entrar en terrenos que antes eran exclusivos de las entidades. Tras asegurar que “el impacto de la tecnología sobre la banca es tan brutal que en diez años nadie va a conocer este sector”, el presidente del BBVA no dudó en calificar a su banco como “líder a nivel global, que saca ventaja a cualquier otro del mundo en este terreno”, tras un periodo de ocho años que les ha permitido desarrollar una plataforma tecnológica “que satisface todas las necesidades de la banca digital”.

Un momento del turno de preguntas en la sesión inaugural del Curso de Verano de la APIE.

Un momento del turno de preguntas en la sesión inaugural del Curso de Verano de la APIE.

En la sesión de preguntas, insistió en su advertencia contra los populismos, ya que las fórmulas que han sacado a España de la crisis, aseguró, no son “una opción política ni ideológica; es lo que hay. Es una fórmula que puede gustar o no, pero con la que se ha crecido. No hay atajos ni fórmulas mágicas, hay que atenerse a lo que hay. Lo demás son deseos y sueños de una noche de verano”. No consideró necesario contar con un plan B para el caso de que en las próximas elecciones triunfen estas propuestas alternativas ya que, advirtió, “los populismos tienen las patas cortas. Están ahí, pero duran poco”.