El presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores interviene el Curso de Verano organizado por la APIE en la Universidad de Santander

Sebastián Albella, presidente de la CNMV, durante su intervención en el Curso de Economía organizado por la APIE en la Universidad de Santander.
“Nuestra labor es una labor compleja, nada garantiza una seguridad total”. Sebastián Albella, presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), intervino en el Curso de Economía organizado por la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE) en la Universidad Menéndez Pelayo de Santander, donde se enfrentó a un turno de preguntas muy centrado en las actuaciones de su organismo en los casos Bankia y Popular.
En el segundo caso, estaba sobre la mesa el estudio elaborado por la CNMV y enviado al juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu sobre la detección de irregularidades en las cuentas del Banco Popular correspondientes a 2016. El presidente de la Comisión no quiso entrar en detalles sobre las irregularidades detectadas, ni sobre el tiempo transcurrido entre la publicación de las cuentas y el envío del informe a la Audiencia, pero sí ha reconocido que casos como éste, o el relacionado con Bankia cuando aprobó en 2011 el folleto de salida a Bolsa de la entidad, “afectan al prestigio no sólo de la Comisión sino al de los supervisores en general”.
Albella defendió la gestión de la CNMV, que calificó de “extraordinaria”, y recordó que en los últimos años “ha abierto docenas de expedientes sancionadores relacionados con la distribución defectuosa de productos financieros”, pero también declaró que “a veces las herramientas que tenemos los supersivores no nos permiten llegar a donde queríamos, la legislación va siempre un poco por detrás”, y recordó que la nueva normativa regulatoria sobre el sistema financiero europeo (Mifid ii por sus siglas en inglés) no existía en los tiempos de Bankia; de haber estado en vigor, la distribución de las preferentes habría sido más difícil.
Antes, en su intervención, Sebastián Albella abordó el tema de las criptodivisas, de las cuales afirmó que debían estar sujetas a las mismas normas y técnicas de protección y transparencia que los activos que se comercializan en el mercado de valores. Si bien las criptomonedas puras están fuera del ámbito de la CNMV “eso no quiere decir que no tengamos opinión, o que no nos preocupen”, declaró, y abogó por “una regulación mínima que debe incluir transparencia sobre las plataformas o exchanges”.
El presidente de la CNMV señaló también la importancia del lenguaje en la nueva economía digital, ya que “términos como token, tokenizar, criptomonedas… tienen el atractivo de lo misterioso, que contribuyen al éxito de este fenómeno o le dan un aura de respetabilidad”, y puso como ejemplo acrónimos como ICO -por Initial Coin Offering- “que recuerda a IPO -Initial Pay Offering- que se refiere a la colocación de valores en un proceso de salida a Bolsa”. La diferenciación entre los distintos productos, añadió, es algo de suma importancia para no meter todo en el mismo saco, informar mejor a los inversores y facilitar la labor de los organismos reguladores.
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