El presidente de la Asociación Española de Banca ofreció en el Curso de Verano de la APIE sus estimaciones sobre el futuro de la Unión Bancaria y del sistema financiero europeo

Jose María Roldán, presidente de la Asociación Española de Banca, durante su intervención en el Curso de Verano de la APIE, en la UIMP.

El pasado, presente y sobre todo el futuro de la Unión Bancaria centraron la intervención de Jose María Roldán, presidente de la Asociación Española de Banca (AEB) en los Cursos de Verano organizados por la APIE en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP). Un futuro del que no estuvieron exentos los problemas que podían aparecer en el devenir del nuevo Banco Central Europeo, y que Roldán situó muy específicamente en los sistemas financieros en las sombras, a quienes acusó sin ambages de haber sido “una de las causas de la crisis anterior”.

Para Roldán es de temer que la recuperación del crédito que llegue con el crecimiento impulse el negocio de estos organismos, de los que, dijo, “no se sabe, ni en España, ni en el Reino Unido, ni en Estados unidos, quiénes ni cuántos son. Son intermediarios que no son bancos, pero que operan con riesgo de crédito. Son tremendamente complejos, y ese es el problema: tendríamos que conocer más de ese sector, y no lo conocemos”. No hubo demasiadas dudas sobre a quiénes se refería cuando vaticinó que “La siguiente crisis no va a venir de la banca, sino probablemente de otras áreas financieras”.

Tiempos de confusión

En su intervención, Roldán coincidió con otros ponentes del Curso en calificar la Unión Bancaria como “el acontecimiento más importante desde la llegada del euro”, e hizo un poco de historia sobre los primeros tiempos de la moneda europea, cuando, aunque el objetivo era la consecución del mercado único, “las directivas, al ser completadas en cada país con reglas adicionales, más que propiciar esta unión, la fragmentaban”. La ampliación europea a 25 miembros, y posteriormente a 28, no contribuyó a mejorar la situación: “en el sector bancario se incorporaron también sus bancos centrales, por lo que en las reuniones se llegaban a sentar hasta sesenta personas. Yo hacía el cálculo de que, si cada uno de ellos hablaba un minuto para cada tema de la agenda, las reuniones durarían varios días. No era el mejor marco para el intercambio de información confidencial”.

Aunque la crisis puso en evidencia la ineficacia de los mecanismos de supervisión, no contribuyó a solucionar esta tendencia a la fragmentación; de hecho, las dudas y la retroalimentación de los problemas provocaron una renacionalización de los mercados financieros. “Los tipos de interés de financiación de los bancos dejaron de depender de sus posiciones de solvencia o liquidez, y pasaron a hacerlo de la nacionalidad de cada institución”.

“La unión monetaria se había convertido en una mera unión de billetes”, declaró Roldán, señalando que el avance definitivo a una integración que fuera incluso más allá de la Unión Bancaria “era la única manera de salvar el euro y la política monetaria única”.

Morosidad estabilizada

El turno de preguntas comenzó con la ya tradicional solicitud de opinión sobre las declaraciones de Durao Barroso, a lo que Roldán contestó que consideraba “prematuro” hacer un análisis profundo de la crisis. “Hay que dejar un poco más de espacio, creo que fue mucho más compleja y que simplificaciones como esta no me parece que den en el clave de lo que fue un proceso, una crisis no vista, no solo en España sino en el mundo Occidental.

Los bajos tipos de interés que predominarán en los próximos años fueron vistos por el presidente de la AEB como una manera de reactivar el crédito y apuntalar la economía, pero advirtió el riesgo de formación de burbujas en países con crecimiento o inflación más elevada. “No es el caso de España”, especificó, “donde venimos de una burbuja inmobiliaria y es difícil que tengamos otra”.

Igualmente, Roldán restó importancia a los últimos datos publicados que señalaban un repunte en la tasa de morosidad, ya que “aunque varíe unos pocos puntos arriba o abajo, eso es irrelevante; está bastante estabilizada. Probablemente tardará un tiempo en descender, pero si sigue el proceso de reactivación económica, no es un problema que nos deba preocupar”.

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