La APIE y Gas Natural Fenosa presentan el III Estudio Sobre la Profesión Periodística en un desayuno de prensa
Menos nubarrones en el horizonte y una mayor aceptación, y utilización, de las redes sociales. Esas podrían ser dos de las principales conclusiones del III Estudio Sobre la Profesión Periodística elaborado por el Departamento de Comunicación de Gas Natural Fenosa y el estudio CERES, que se ha presentado hoy en un desayuno organizado conjuntamente con la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE). Si bien la situación del gremio está lejos aún de regresar a los tiempos previos a la crisis, sí hay buenas noticias, como lo muestra el hecho de que los periodistas encuestados expresan más preocupación por temas relacionados con la profesión que por la precariedad laboral o la supervivencia de sus empresas.
El estudio fue presentado por Jordi García Tabernero, Director General de Comunicación y Gabinete de Presidencia de Gas Natural Fenosa, Hildebrandt Salvat, director de CERES, y Yolanda Gómez Rojo, vicepresidenta de APIE, que actuó como moderadora. El informe ha recabado las opiniones de 111 periodistas que tienen relación con Comunicación Externa de Gas Natural Fenosa y que, según García Tabernero, forman un colectivo muy variado, lo que permite calificar esta muestra como “muy representativa”.
Tres tipos de retos
A la hora de responder a la pregunta sobre los principales retos a que se enfrenta la profesión periodística, García Tabernero ha especificado que las respuestas pueden dividirse en tres grandes bloques: las preocupaciones relacionadas con la tecnología, las que tienen que ver con los aspectos intrínsecos de la profesión, y las referentes a la sostenibilidad de los medios. Este último bloque ha bajado de forma considerable con respecto a las encuestas anteriores, realizadas en 2011 y 2013: la precariedad laboral ha pasado de preocupar a un 22% en 2013 a sólo un 12% en esta edición, y la crisis del sector, del 12% al 5%, datos que indicarían “una cierta percepción de que la crisis ha tocado fondo, de que ya no se puede ir más abajo, lo que permite recuperar retos exclusivamente profesionales. La supervivencia de las empresas ya no es la preocupación principal”.

De izquierda a derecha, Hildebrandt Salvat, de CERES, Jordi García Tabernero, de Gas Natural Fenosa y Yolanda Gómez Rojo, de la APIE, en un momento de la presentación del II Estudio Sobre la Profesión periodística.
De hecho, la integración a Internet y la adaptación a las nuevas tecnologías constituye la principal preocupación, formulada por un 26% de los encuestados, seguida por transmitir credibilidad, con un 23%, la calidad de la información, con un 17% y la independencia, con un 14%. Esta preocupación por la integración tecnológica es más notable en los periodistas de medios convencionales que en los nativos digitales, para los cuales la calidad de la información es la preocupación principal. Igualmente, aunque con un porcentaje de sólo el 4% en ambos casos, surgen nuevos retos como son la profesionalización del periodismo y la necesidad de conocer mejor a la audiencia, que no aparecían en ediciones anteriores.
Libertad y branded content
La libertad para ejercer la profesión ha sido otro de los puntos fuertes del estudio: un 6% considera que ha aumentado y un 40% que ha disminuído, frente a un 48% que opina que se mantiene igual. El porcentaje de los que consideran que existen hoy mayores restricciones fue en 2013 de un 53%, lo que ha sido calificado por García Tabernero como una tendencia positiva, aunque la cifra siga siendo “muy elevada”. El mayor porcentaje de periodistas que han respondido sentir más libertad para ejercer su profesión está entre los que trabajan en medios digitales.
No exactamente como una amenaza para la independencia, pero sí como un punto cuando menos polémico, fue considerada la creciente inclusión en los medios del branded content, o contenidos patrocinados por las empresas. Si bien hay un consenso general sobre la necesidad de diferenciar la información patrocinada de la estrictamente periodística, también se reconoce la dificultad para conseguirlo. Entre los argumentos a favor de esta práctica está su importancia como fuente de ingresos, su modelo no intrusivo ya que es una vía de acercamiento a los clientes sin intención de venta, y su aporte de información trabajada, rigurosa y con valor añadido. Quienes están en contra consideran que afecta al rigor periodístico, ya que las empresas quieren influir demasiado en los contenidos, perjudica a la imagen del medio al percibirse como información “comprada” y afecta a la libertad del periodista para ejercer su labor.
Twitter ha llegado para quedarse
Otra de las conclusiones del estudio es la creciente importancia de las redes sociales en el trabajo periodístico, con Twitter en una clarísima primera posición: el 69% de los periodistas encuestados lo utilizan a diario, y otro 10%, casi todos los días. Un 68% lo utiliza “para retuitear y difundir”, y un 63% para obtener información de empresas. Destaca también el dato de que, entre los canales que los propios periodistas utilizan para informarse de la actualidad, la red del pájarito ocupe el tercer lugar, sólo superada por los medios convencionales -en papel o en versión online- y por encima de los medios nativos digitales, la radio y la TV.
Los motivos de este auge, según han declarado los encuestados, son varios: por un lado, les permite estar al día de los temas del momento, y por otro lo utilizan para difundir los contenidos que ellos mismos crean. También está cobrando una importancia cada vez mayor para contactar con las fuentes o seguir actos como ruedas de prensa. “El periodista busca aquí un nuevo canal que le permite hacer cosas que antes no hacía”, declaró Jordi García Tabernero. “No porque no haya otros medios, sino porque es más fácil. Y además el propio periodista utiliza Twitter como medio de proyección personal, para difundir lo que ha publicado. Se convierte casi en un comercial de sus propias informaciones”.