Responsables del sector energético debaten sobre el futuro de la energía en España en la quinta jornada del Curso de Economía para Periodistas organizado por la APIE
¿Qué rumbo debe tomar la producción de energía cuando nos encontramos a las puertas de un mundo donde las emisiones de dióxido de carbono acabarán siendo un recuerdo? Esa fue la pregunta sobre la que se desarrolló la quinta jornada del XXX Curso de Economia para Periodistas organizado por la APIE con el patrocinio del Banco Popular, bajo el título La Energía en España ¿Hacia dónde vamos?, que contó con las intervenciones de Ignacio Araluce, presidente de Foro Nuclear; Juan Diego Díaz, presidente de la Asociación Empresarial Eólica (AEE); Jose Miguel Villarig Tomás, presidente de APPA Renovables; y Arcadio Gutiérrez Zapico, director general del Club Español de la Energía, además de Andrés Dulanto Scott, de la Junta Directiva de APIE, que actuó como moderador.
Abrió la sesión Ignacio Araluce, que hizo hincapié en los desafíos que se plantean en los próximos años para el sector energético español, estrechamente relacionados con los desafíos medioambientales a los que hay que enfrentarse y que implican “una descarbonización del mundo y de la economía”, lo cual supone “un reto para toda la sociedad”. La producción de electricidad deberá reducir sus emisiones de CO2 un 60% para 2030, y eso implica una gigantesca campaña de reemplazo: “El año pasado, la producción de energía en España fue de 260 teravatios hora; 100 procedente de energías térmicas emisoras de C02, 60 de nucleares, 60 de renovables y 40 de hidráulicas. Para sustituir 60 de los 100 teravatios que producen las energías térmicas, habrá que duplicar la capacidad de producción de las renovables de aquí a 2030, sí o sí”.

Ignacio Araluce, presidente de Foro Nuclear, durante el debate sobre energía que se celebró en la V sesión del curso de economía organizado por APIE.
Es aquí donde Araluce señaló que la energía nuclear no puede quedar fuera de ese nuevo marco, ya que si bien “las renovables lo están haciendo maravillosamente bien; no tienen nada que ver las de hoy con las de hace diez años”, siguen teniendo el problema de la falta de predictibilidad que les supone su dependencia de las condiciones meteorológicas. Algo que no ocurre con la nuclear “limpia, no emite CO2, estable y no dependiente de factores externos”.
Araluce también solicitó una reunión con el Ministerio para plantear una posible reducción de costes o una relajación fiscal del marco nuclear, ya que, declaró, de los 2.200 euros de facturación del sector en 2016, pagaron 994 millones en impuestos “y son sobre la generación, no sobre el beneficio. Un negocio en el que pagas un 43% de impuestos sobre lo que facturas, ya me dirán qué negocio es”. Posteriormente, en el almuerzo de prensa con el ministro Álvaro Nadal, este descartaría de modo categórico cualquier rebaja de impuestos a las nucleares.
Energía eólica, fuente de empleo
En su intervención, Juan Diego Díaz hizo una puesta al día del marco de las energías renovables en general y de la eólica en particular, que en los últimos años han conseguido una reducción de costes “brutal”, hasta el punto de que “el acuerdo de París nunca se hubiera firmado si las renovables no hubieran alcanzado en el nivel de competitividad que tienen hoy”. En cuanto a las cifras del sector, expuso que la energía eólica genera 3.000 millones de euros anuales y da trabajo a 20.000 personas en España, “pero las empresas españolas que están fuera de España dan trabajo a 90.000 personas de todo el mundo”.

Juan Diego Díaz, presidente de la Asociación Empresarial Eólica, durante el debate sobre energía que se celebró en la V sesión del curso de economía organizado por APIE.
A su juicio, la descarbonización deberá emprenderse con la visa puesta en un mercado “donde los usuarios tengan unos costes de energía lo más bajos posibles”, y del mismo modo en que la industria eléctrica deberá enfrentarse a ese proceso lo tendrán que hacer otros sectores como el transporte “donde abogamos por una reducción del 85% para el año 2050”. Entre los factores que harán posible esta reducción, Díaz señaló novedades como el almacenamiento a pequeña escala y el previsible auge de los vehículos eléctricos, dos fenómenos ligados entre sí que serán clave en esa descarbonización. “Por cada millón de vehículos eléctricos que se añadan a la flota, el consumo sólo crecerá un 1%”.
Poca planificación, mucha regulación
Por su parte, José Miguel Villarig Tomás aprovechó su intervención para protestar por la relación que tanto este Gobierno como sus predecesores han mantenido con la industris de las reovables, que resumió en una “continua improvisación” y un exceso de regulación: “No hay gobierno que no saque varios decretos, leyes… Los que estamos al día en el sector estamos casi perdidos con la regulación que tenemos que soportar”. El presidente de APPA Renovables declaró que este sector no puede funcionar sin planificación, y que no la están viendo en las administraciones “ni a a largo ni a corto plazo”.

Jose Miguel Villarig Tomás, Presidente de APPA Renovables, durante el debate sobre energía que se celebró en la V sesión del curso de economía organizado por APIE.
Sobre la situación del sector, Villarig recalcó que la diferencia entre lo que reciben por primas -44.386 millones- y lo que producen -49.496 millones- arroja un saldo positivo de más de 5.000 millones, convirtiéndoles en un sector competitivo que, en algunos campos como la eólica, “puede producir a precios de mercado”. A este saldo positivo, añadió que deben sumarse 23.000 millones en evitación de pago de petróleo y otros 3.823 que dejan de pagarse por emisión de CO2 a la atmósfera. A la hora de establecer las prioridades para el futuro, situó la dependencia energética en primer lugar y, aunque reconoció que España ha mejorado en ese punto, continúa estando en un 75% frente al 54% de media europeo. Estos veinte puntos de diferencia son, dijo, “un problema grave” que ha jugado un importante papel durante años en el saldo negativo de la balanza de pagos. Y, aunque considera vital que la creación de un plan para reducir esta dependencia, no ve que nadie haya iniciado los pasos para ello.
La importancia de las interconexiones
Intervino en último lugar Arcadio Gutiérrez Zapico, quien señaló el momento clave en el que se encuentra esta legislatura dentro del cambio energético español “donde hemos adquirido unos compromisos importantísimos, y el próximo año los empezaremos a aplicar”. Esos compromisos incluyen la presentación en 2018 de un programa en Europa “de todos los sectores, no sólo del eléctrico, sobre los pasos que va a tomar España de cara al año 2030”. El director del Club Español de la Energía señaló también señaló algunas incertidumbres para el futuro, como el estancamiento de la demanda energética en los países de la OCDE, o las debilidades de España frente a los países de nuestro entorno, representadas en la dependencia y las escasas interconexiones, “algo muy importante, porque cuando no funciona un sistema, necesitas alguien que te pueda ayudar”.

Arcadio Gutiérrez Zapico, Director General del Club español de la Energía, durante el debate sobre energía que se celebró en la V sesión del curso de economía organizado por APIE.
A la hora de evaluar las nuevas tendencias en el sector del consumo energético, Gutiérrez Zapico quiso en primer lugar dejar las cosas en su sitio, pero siendo consciente de que cuando se produzca, la eclosión de esos cambios supondrá un cambio radical. Así, recordó que de los 1.200 vehículos que conforman el parque automovilístico mundial sólo dos millones son eléctricos, y que los paneles fotovoltáicos, si bien han bajado sus costes hasta un 80% no han subido en rendimiento, “producen los mismos kilowatios/hora que hace 25 años”. Sin embargo, esta situación embrionaria cambiará muy pronto y afectara a terrenos como la producción fotovoltáica o el almacenamiento doméstico. “Todo eso llegará, y supondrá unos cambios que tendremos que tener en cuenta a la hora de planificar”.
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